miércoles, 19 de agosto de 2015

(15) Nueva plaza Estella

Hace pocos días se abrió al público la recién remodelada plaza Estella que junto a la plaza Doctor Gómez Ulla (en el mismo barrio del Plà) se han sufragado con fondos de la Diputación de Alicante. Las obras han contado con un presupuesto de 180 000 €. Se comenzaron a ejecutar en febrero y la plaza se ha abierto para uso ciudadano este mes de agosto (contaban en un principio con un período de ejecución de tres meses). 

Foto extraída de Google Maps que muestra el estado anterior de la plaza
¿Qué teníamos anteriormente?

La situación anterior de la plaza era la que veis en la imagen. Una pequeña plaza con bancos, cercada por palmeras perimetrales y especies arbustivas y cuyo espacio peatonal estaba reducido por el aparcamiento en batería que había en los márgenes de la plaza y que le comía un posible espacio que ahora se ha recuperado.

Las obras han consistido en eliminar espacio de aparcamiento en el perímetro de la plaza para agrandarla en favor de mayor espacio de zonas verdes y peatonal. Así, todo el aparcamiento en batería se ha eliminado y se han reducido barreras de accesibilidad creando un entorno mucho más habitable y menos hostil para el peatón.

Estado actual de la plaza
Resultado:

Vegetación:

De la plaza anterior se han mantenido únicamente las palmeras perimetrales. Sin embargo, se han talado distintos ejemplares de árboles y arbustos. Resulta triste ver la facilidad con la que talan y se deshacen de árboles que tanto hemos tardado en ver crecer para hacer obras. Seguro que hay alternativas que reduzcan la necesidad de talarlos. Lamentablemente, en Alicante tenemos muchos ejemplos de esa mala praxis. Estas dos plazas no han sido una excepción y han levantado la crítica de los vecinos en varias ocasiones. 

Como resultado en esta nueva plaza apenas nos quedan las palmeras como herencia de la anterior. El resto (árboles, arbustos y césped) ha sido plantado para la ocasión tras haberse eliminado toda la vegetación anterior. De todas maneras, la gran frondosidad que tenía anteriormente la plaza se ha reducido notablemente. Por mucho que crezcan los pocos árboles que se han plantado, no se llegará a la situación anterior. Se ha optado por eliminar los arbustos y sustituirlos por césped. Eso reduce la frondosidad y le da un aspecto de menor vegetación. Quizá se ha optado por esa opción para hacer la plaza más abierta por razones de seguridad o, simplemente, es una metedura de pata en toda regla. Desde luego, el estado actual deja con mal sabor de boca en ese aspecto.


Espacio peatonal: 

Como se puede apreciar la plaza ha sufrido un profundo lavado de cara: mobiliario, accesos, pavimento, jardinería... El resultado es una plaza más amplia y muy diáfana con colores agradables y una pequeña zona de juegos infantiles. Anteriormente había un par de árboles en el centro de la plaza que se han eliminado dejándolo totalmente expedito. Mi percepción a primera vista fue de demasiado espacio vacío, pero puede ser un espacio pensado para ser utilizado por niños para correr o jugar con la pelota. A su vez se incluyen zonas de bancos individuales y distintos muretes de piedra que cercan la plaza por los extremos y que estéticamente son mejores que los anteriores.

Un detalle que no quiero pasar por alto y que me causó muy buena impresión fue el nuevo aspecto del tramo de calle que conecta la calle San Ignacio Loyola con la calle Ing. Canales. Se ha eliminado todo aparcamiento y en su lugar se han ampliado aceras y colocado arbolado y césped. El resultado es una zona mucho más segura para que jueguen niños o para el esparcimiento ya que el tráfico no parece un problema en ese lugar. Algo muy adecuado al ser un acceso a un parque.

Accesibilidad:
Es algo a lo que afortunadamente se le está dando mucha importancia hoy en día en el urbanismo de nuestra ciudad. Los pasos de peatones están debidamente alineados con la calzada creando una zona sin barreras. La plaza a su vez es totalmente diáfana, de suelo raso y, aparentemente, sin obstáculos que mermen la accesibilidad.

Conclusión:
Se ha actuado sobre una zona algo degradada y se ha ganado un nuevo espacio para el barrio. Un espacio más seguro, con menos vegetación, pero mucho más agradable. La reducción de plazas de aparcamiento ha sido notable y ha contribuido a crear un mayor espacio  peatonal y verde y libre de coches aparcados y, posiblemente, de tráfico. 

Yo apostaría urgentemente por mejorar las aceras entre esta plaza y la de Doctor Gómez Ulla para crear un corredor peatonal que mejore la poca accesibilidad que hay actualmente y así asegurar que estas dos plazas queden perfectamente conectadas. 

Os dejo con más imágenes del resultado de la Plaza. Mi próxima entrada será sobre la plaza colindante y que se remodeló simultáneamente: la plaza Doctor Gómez Ulla.

Aspecto de la nueva plaza

Bancos individuales instalados en la plaza


Así queda el carril bici que circula por la plaza. Se ha elevado, para mí, innecesariamente.



miércoles, 12 de agosto de 2015

(14) BILBAO, urbanismo al servicio de las personas

Cuando hablamos de ciudad, yo siempre la entiendo como un lugar agradable en el que vivir, un espacio donde todo lo tienes cerca, donde todo son facilidades: buen transporte público, comercio, parques, jardines, teatros, restauración...  

No obstante, los centros de muchas ciudades se han convertido, a su vez, en lugares hostiles en los que vivir ya sea por el tráfico, los ruidos, la polución... todo ello promoviendo un urbanismo expansionista con áreas residenciales alejadas del centro de la ciudad donde la calidad de vida es mucho mayor pero que desvirtúan la idea de ciudad compacta y, con ello, su sostenibilidad. No obstante, aún existen ciudades que invitan a vivir en ellas, que son atractivas por su calidad de vida. Una de ellas es Bilbao. 
Alameda Gregorio de la Revilla

Bilbao es una ciudad de 346 000 habitantes situada en torno a la ría del Nervión y cuya área metropolitana, estructurada en torno a su desembocadura, alcanza los 900 000 habitantes. Es conocida como un ejemplo de transformación urbana pasando de una ciudad industrial, sucia y oscura de hace unas décadas a una ciudad mucho más verde, cultural y turística. Todo ello gracias al empeño y la convicción de colectivos sociales, empresariales y políticos organizados en torno al proyecto Ría 2000. 

El Museo Guggenheim es el emblema de toda esta transformación. Toda esa zona llena además de zonas verdes, con la imponente Torre Iberdrola, y por la que ahora discurre el tranvía, fue antes parte de los astilleros donde los barcos descargaban sus mercancías.

Más allá de eso, Bilbao es una ciudad que invita a vivir en ella. Yo parto del ejemplo de Alicante, por lo que no puedo evitar hacer comparaciones. Las secciones de calle ahí son mucho más anchas con aceras más generosas que en nuestra ciudad y con arbolado en prácticamente todas las calles. Fue curioso ver la cantidad de padres con niños que circulan por esas calles, eso indica que muchas familias viven en el centro de la ciudad. En Alicante llevar un carro de bebé puede llegar a ser una odisea entre aceras estrechas y falta de accesibilidad, aunque poco a poco está mejorando.

Tramo peatonal de la Gran Vía
Otro ejemplo es la Gran Vía de López de Haro, que me recuerda a la que espero sea la Avenida Maissonave del futuro. El tramo de esta avenida entre la Plaza Circular y la Plaza Moyúa es la arteria comercial de la ciudad y se encuentra peatonalizada y con el tráfico limitado únicamente a transporte público y bicicletas. En Alicante el PMUS (Plan de Movilidad Urbana Sostenible) contempla algo parecido con la avenida Maissonave. El resultado es claro: menos ruidos, menos tráfico, más habitabilidad y más tránsito peatonal.
Calle peatonal del Ensanche

El casco viejo de la ciudad, donde se encuentran Las siete calles, también es peatonal, así como muchas otras calles comerciales del ensanche. En definitiva, es una ciudad en la que es agradable y seguro pasear, donde hay gran cantidad de espacio público para esparcirse, algo de lo que Alicante precisamente carece. 
Respecto al transporte público, cuenta con dos líneas de metro que conectan ágilmente Bilbao y el resto de municipios de su área metropolitana en torno a la Ría con muy buena frecuencia y grandísima aceptación. Complementando este servicio, tiene trenes de Cercanías RENFE, Euskotren, Bizkaibus, FEVE y los autobuses urbanos, así como un servicio de alquiler de bicicletas. En general, una oferta de transporte público envidiable que invita a dejar el coche aparcado en el garaje. 

Bilbao también se ha convertido en un ejemplo por su arquitectura, que combina la restauración de edificios antiguos para nuevos usos, como la Alhóndiga, con la creación en el centro de la ciudad de edificios modernos y singulares. Un ejemplo claro de esta simbiosis es el Ayuntamiento donde conviven un edificio del siglo XIX con otro de reciente creación y aires modernos. 

En definitiva, una ciudad con una alta calidad de vida y donde el concepto de ciudad se entiende a la perfección: un lugar con servicios cercanos, con buen transporte público, con zonas verdes y habitable para todos los estamentos de la sociedad, especialmente para los más vulnerables: niños, jubilados, discapacitados... La pega que un alicantino podría ponerle es el clima. Bilbao es una ciudad muy lluviosa, algo que por otra parte, permite admirar los verdes y frondosos montes que rodean Bilbao.


Edificio del gobierno vasco de arquitectura moderna situado junto a la Alhóndiga (a la derecha)

Plaza Circular 
Alhóndiga, renombrada Azkuna Zentroa en nombre de un ilustre alcalde de Bilbao